viernes, 20 de noviembre de 2015


HACIA UNA EDUCACIÓN SOSTENIBLE

Por Jorge Balladares

El desarrollo sostenible es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Intuitivamente una actividad sostenible es aquélla que se puede mantener. Por ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una actividad sostenible. Por otro lado, consumir petróleo no es sostenible con los conocimientos actuales. Hoy sabemos que una buena parte de las actividades humanas no son sostenibles a medio y largo plazo tal y como están planteadas (UNESCO, 2012).   La incapacidad de la especie humana para vivir en armonía con el planeta, la gran interacción entre el hombre y el sistema natural, son los grandes problemas medioambientales de hoy. Hasta nuestros días, ninguna especie, excepto el hombre, ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las características propias del planeta (Testa, 2007).

La presente intervención procura realizar una aproximación a la educación sostenible en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible.  Como antecedentes, se puede mencionar al principio 9 de la declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo (1992) que afirma:

Los Estados deberían cooperar en el fortalecimiento de su propia capacidad de lograr el desarrollo sostenible, aumentando el saber científico mediante el intercambio de conocimientos científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la difusión y la transferencia de tecnologías, entre estas, tecnologías nuevas e innovadoras.

El artículo realizado por Emmanuel Agius en la publicación de UNESCO 2012 sobre Ética ambiental, enfoca su atención en la importancia que hoy por hoy debe haber con las futuras generaciones, en cuanto al uso proporcionado y racional de los recursos renovables y no renovables, que son claves para la supervivencia y el progreso humano. Nadie tiene los derechos exclusivos sobre todos los recursos, y estos deben ser repartidos de forma equilibrada, sostenible y equitativa hoy en día, para garantizar nuestro bienestar y el bienestar de las futuras generaciones. Para lograr este objetivo, se debe pensar en una Educación Sostenible, donde cada uno de nosotros tenga conciencia sobre la importancia de preservación de la naturaleza y recursos. Todos somos parte del problema, y todos somos parte de la solución. El consumismo y el sistema económico actual han originado la destrucción sistemática acelerada del ecosistema. La humanidad debe cambiar nuestros hábitos de consumo y forma de pensar, si queremos garantizar la prosperidad de las siguientes generaciones.  No se puede hablar de sostenibilidad presente ni futura si no hay Justicia Social, Equidad, y si priman intereses económicos individuales sobre los colectivos.

Entre los desafíos para una educación sostenible, se pueden mencionar los siguientes:

·         Generar una conciencia de crisis ecológica: La educación tiene como desafío levantar una conciencia de los educandos de una crisis ecológica frente a una sociedad de consumo.  Se debe trabajar en una doble dimensión:
·         Generar una conciencia de solidaridad planetaria, de los valores comunes, de una resignificación de las  relaciones del ser humano con la naturaleza.
·         Promover los valores esenciales para el desarrollo sostenible (Magne, 2003):
·         La Universidad debe generar profesionales competitivos, competentes, que respondan al mundo laboral.  De esta manera, se aumentarán los índices de empleabilidad de nuestros jóvenes profesionales versus los niveles de desempleo.  Pero no solamente deben ser especialistas, sino seres humanos, formados con valores y con principios, comprometidos con la sociedad y el medio ambiente