HACIA
UNA EDUCACIÓN SOSTENIBLE
Por
Jorge Balladares
El
desarrollo sostenible es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin
comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones.
Intuitivamente una actividad sostenible es aquélla que se puede mantener. Por
ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una actividad
sostenible. Por otro lado, consumir petróleo no es sostenible con los
conocimientos actuales. Hoy sabemos que una buena parte de las actividades
humanas no son sostenibles a medio y largo plazo tal y como están planteadas (UNESCO, 2012) . La
incapacidad de la especie humana para vivir en armonía con el planeta, la gran
interacción entre el hombre y el sistema natural, son los grandes problemas
medioambientales de hoy. Hasta nuestros días, ninguna especie, excepto el
hombre, ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las
características propias del planeta (Testa, 2007) .
La
presente intervención procura realizar una aproximación a la educación
sostenible en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible. Como antecedentes, se puede mencionar al
principio 9 de la declaración de Río sobre medio ambiente y desarrollo (1992)
que afirma:
Los Estados deberían cooperar en el fortalecimiento
de su propia capacidad de lograr el desarrollo sostenible, aumentando el saber
científico mediante el intercambio de conocimientos científicos y tecnológicos,
e intensificando el desarrollo, la adaptación, la difusión y la transferencia de
tecnologías, entre estas, tecnologías nuevas e innovadoras.
El
artículo realizado por Emmanuel Agius en la publicación de UNESCO 2012 sobre
Ética ambiental, enfoca su atención en la importancia que hoy por hoy debe
haber con las futuras generaciones, en cuanto al uso proporcionado y racional
de los recursos renovables y no renovables, que son claves para la
supervivencia y el progreso humano. Nadie tiene los derechos exclusivos sobre
todos los recursos, y estos deben ser repartidos de forma equilibrada, sostenible
y equitativa hoy en día, para garantizar nuestro bienestar y el bienestar de
las futuras generaciones. Para lograr este objetivo, se debe pensar en una
Educación Sostenible, donde cada uno de nosotros tenga conciencia sobre la
importancia de preservación de la naturaleza y recursos. Todos somos parte del
problema, y todos somos parte de la solución. El consumismo y el sistema
económico actual han originado la destrucción sistemática acelerada del
ecosistema. La humanidad debe cambiar nuestros hábitos de consumo y forma de
pensar, si queremos garantizar la prosperidad de las siguientes
generaciones. No se puede hablar de sostenibilidad
presente ni futura si no hay Justicia Social, Equidad, y si priman intereses
económicos individuales sobre los colectivos.
Entre los desafíos para una educación
sostenible, se pueden mencionar los siguientes:
·
Generar una conciencia de crisis ecológica: La
educación tiene como desafío levantar una conciencia de los educandos de una
crisis ecológica frente a una sociedad de consumo. Se debe trabajar en una doble dimensión:
·
Generar una conciencia de solidaridad planetaria, de los valores
comunes, de una resignificación de las
relaciones del ser humano con la naturaleza.
·
Promover los valores esenciales para el desarrollo sostenible (Magne,
2003):
·
La Universidad debe generar profesionales competitivos, competentes, que
respondan al mundo laboral. De esta
manera, se aumentarán los índices de empleabilidad de nuestros jóvenes
profesionales versus los niveles de desempleo.
Pero no solamente deben ser especialistas, sino seres humanos, formados
con valores y con principios, comprometidos con la sociedad y el medio ambiente